LLUVIA
Está lloviendo. Escucho detenidamente el sonar del viento que lo acompaña; oigo cómo golpean millones de gotas al pavimento rígido, como si nada pudiera hacerle el menor daño ni provocarle la menor sensibilización. La lluvia lo refresca, lo moja y lo recorre, le hace saber que también necesita de ella.
Su caída es rápida y vigorosa. Aquéllas nubes grisáceas de donde proviene se han dejado caer y, en su intento por desaparecer y sentirse más ligeras, se precipitan y se van desvaneciendo una tras la otra. Son muchas en una sola; las observo, están llenas de energía, parece que se enfurecen y lo hacen manifestar. Establecen contacto con la tierra y con el lugar donde se extinguirán, hacen sentir su presencia con luminosos lienzos que, junto con la lluvia son intermediarios entre cielo y la tierra.
La vegetación, la fauna y el ser humano agradecen su presencia moderada, los cinco sentidos del último la aprecian, además de que muchos una utilidad y beneficio le encuentran. El agua de lluvia también es vida, muchos ecosistemas tienen en ella una fuente vital para su desarrollo y sobrevivencia.
Madre Tierra que generas lluvia, eres nuestra casa y hogar, sitio de donde venimos, donde nos encontramos y que, como la lluvia, también es el lugar en donde nos extinguiremos.
me gusta mucho tu sensibilidad al escribir... y no permitas que la tristeza se quede por mucho tiempo, es medio obsesiva y luego no nos quiere dejar...
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