viernes, 11 de marzo de 2011

LA ÉTICA DEL INVESTIGADOR

Uno puede echar un vistazo a aquéllos libros o manuales que tienen la finalidad de orientar al investigador con métodos y técnicas para realizar su trabajo y no muchos tratan el tema de la ética en la investigación. Sin embargo, este punto no puede perderse de vista y el científico social no lo puede soslayar.
            Esa ética de aquélla persona que investiga, comprende una serie de principios que deben de adoptarse y estar presentes en todo el proceso de la investigación. Es el compromiso de asumir con responsabilidad el desarrollo de la  búsqueda que, por supuesto,  incluye lo que se plasma de forma escrita. Al respecto, considero que “ser responsable” implica la consideración de los siguientes principios y/o características:
*Estar conscientes de que un trabajo investigativo es una tarea seria que implica la realización de diversos esfuerzos. Es decir, tomar en cuenta que no es una misión fácil de realizar, con lo cual se estaría eliminando la “ley del menor esfuerzo”.

*La honestidad como una característica. El realizador del trabajo tiene que ser honrado con lo que escribe, lo que implica la no falsificación de información y datos con el fin de manipularlos, omitiendo información o agregando alguna de tipo ficticia. En caso de que sus argumentos estén basados en algún otro autor, tiene que cumplir con el principio de la honestidad recurriendo a la cita de las ideas tomadas de otro. También este principio tiene que ver con la sustentación y argumentación de sus hipótesis e ideas.                                                                                                                    
                                                                                                                                                *Bienestar de la comunidad y su entorno.[1]
Este principio involucra el no perder de vista que el propósito del documento producto de la investigación, debe tener implícitamente la no provocación de un daño social, sino que en todo caso tendría que estar orientado al beneficio de la comunidad, sin el perjuicio de otros seres humanos ni daños relacionados con cuestiones de tipo medioambiental.

En la práctica, a veces éste principio de la ética puede perderse de vista. Sin embargo, en la descripción que aquí se da se le considera como un principio ético.

Todas estas características, valores y principios que arriba se describen, se refieren más que nada a la conducta adoptada por aquélla persona que desempeña una tarea seria, por lo cual debe asumir una responsabilidad en su papel de investigador social. Se tiene el compromiso de lograr cierta objetividad para llegar a una gama de descubrimientos que nos aproximen a la “verdad”, y en ese sentido, aportar conocimiento.



[1] La consideración de este principio se tomó de: Mario Tamayo y Tamayo, El proceso de la investigación científica, México, D.F., Limusa, 2004, cuarta edición, p.204.

No hay comentarios:

Publicar un comentario