domingo, 27 de marzo de 2011

LAS COSTAS, LUGARES DE MIS MÁS FAVORITOS.
Las costas son  fronteras entre dos mundos, y en uno de ellos lo desconocido tiende a ser mucho mayor que lo conocido por el hombre, ese es el mundo marino.

           También son el lugar donde la tierra termina y punto de partida en el que se extienden  esas masas de agua salada tan caudalosas y de enorme superficie, o bien, donde estas últimas culminan y la tierra comienza a establecerse, se alarga y echa camino. Desde cualquier perspectiva, es un sitio y punto de encuentro entre ambos.
Ser testigo y presenciar este hallazgo, me provoca una indescriptible excitación. Es un deleite para mis ojos que observan y contemplan, un placer para aquéllos oídos que mucha  atención me hacen poner, una delicia para un olfato minucioso que deja atraerse y un gozo para mis tactos curiosos que ansían sentir.
            Como hombre citadino, me dejo seducir totalmente por estas sensaciones atrayentes, provocadas por un magnífico escenario ante el cual me rindo y me pongo a sus pies. Ese escenario me persuade, me cautiva y enamora… me controla; me siento otro ante él y me olvido de todo.Ya ya no me importa saber quién soy ni de dónde vengo.  Hace sentirme parte de él y quiere que le pertenezca. Dejo que me tome, es lo que me importa, por eso estoy.
Y soy vulnerable  a perder el control de mí mismo, pero con la tranquilidad y paz emanadas de un lugar incomparable, creo que no corro ningún riesgo.
   

jueves, 24 de marzo de 2011

Amiga: ¡Has sido efímera!

Cuando aún compartíamos el tiempo y espacio,  no era consciente y me dejé llevar: te confié y me confiaste cosas y ello nos hizo creer en nosotros, al menos, yo sí creí en ti. Pero fueron distintas razones de diversa naturaleza las que nos alejaron, nos hicieron perecer.
Traté de reencontrarnos y no funcionó, no pude hacer más ante una actitud de indiferencia, y un trato que me hizo sentir como si yo fuera cualquiera. Me sentí débil, incapaz e impotente ante tu decisión tácita de tirar por la borda aquéllas risas, aquéllos abrazos, esas pláticas sin mucho sentido que solíamos mantener, pero sobre todo, esos consejos en tiempos de adolescentes y nuestra compañía.
 Busqué tu ayuda y no hubo espaldarazo, sin embargo, me diste la espalda.
Hoy, abro mi bandeja de entrada, y allí estás. Me dices con tu orgullo característico que no supiste qué hacer cuando reclamé nuestros lazos. Tus palabras escritas me hicieron recordar lo bien que nos llevábamos en nuestra pasada relación;   pero el sentimiento de dolor en mí, causa de tu rechazo de hace algunos años, prevaleció aún más cuando te leí,  pues en ese correo tuyo, jamás percibí una disculpa sincera, es más, ni siquiera hubo una.
Me escribes también tu número telefónico… ¡¿qué esperas con ello?! ¿Qué te vuelva a buscar y muestres apatía e indolencia?
 No lo sé, quizá me siento ya un poco cansado para  hacer  lo mismo; y esta vez mi incredulidad, producto de tu acción pasada, permanece.

domingo, 13 de marzo de 2011

DECISIVO
Sé que tengo una tarea pendiente contigo, para ti todo está listo y yo, sin embargo, no tengo nada pensado. Y no creas que ya me olvidé, pues ayer que hablábamos parecía que lo insinuabas.
También sé que he puesto como pretexto la falta de organización en mi tiempo, diciéndote que necesito más porque no me alcanza para pensar sobre lo nuestro, nuestro futuro aún incierto, detenido por un pasado lacerante y por un presente suspendido.
A decir verdad, creo  que yo mismo me he inventado más cosas por realizar, e inconscientemente, no me permito los ratos libres,  pues me he dado cuenta de que me da miedo tener el tiempo para pensarnos y que de ello resulte una respuesta realista, pero dolorosa. No lo sé, sólo especulo, pues bien podría pasar lo contrario, todo puede ser posible. Mientras tanto, no digas nada, sólo espera. Y yo, yo cumpliré con la parte del trato, pero no aseguro nada después de éste, ni a ti, ni a mí.
Y antes de pensar, quisiera quitarme prejuicios para darte la respuesta más limpia, la más emocional, pero también la más consciente, prudente y realista. Creo que no es fácil, pero ha llegado la hora de hacerlo.  
Éstas palabras escritas no son para tus ojos, únicamente son mis pensamientos previos, plasmados en una hoja de papel y que jamás sabrás.  Sin embargo, “mi respuesta”… ésa, no muy tarde la tendrás.
Nos vemos muy pronto.

viernes, 11 de marzo de 2011

LA ÉTICA DEL INVESTIGADOR

Uno puede echar un vistazo a aquéllos libros o manuales que tienen la finalidad de orientar al investigador con métodos y técnicas para realizar su trabajo y no muchos tratan el tema de la ética en la investigación. Sin embargo, este punto no puede perderse de vista y el científico social no lo puede soslayar.
            Esa ética de aquélla persona que investiga, comprende una serie de principios que deben de adoptarse y estar presentes en todo el proceso de la investigación. Es el compromiso de asumir con responsabilidad el desarrollo de la  búsqueda que, por supuesto,  incluye lo que se plasma de forma escrita. Al respecto, considero que “ser responsable” implica la consideración de los siguientes principios y/o características:
*Estar conscientes de que un trabajo investigativo es una tarea seria que implica la realización de diversos esfuerzos. Es decir, tomar en cuenta que no es una misión fácil de realizar, con lo cual se estaría eliminando la “ley del menor esfuerzo”.

*La honestidad como una característica. El realizador del trabajo tiene que ser honrado con lo que escribe, lo que implica la no falsificación de información y datos con el fin de manipularlos, omitiendo información o agregando alguna de tipo ficticia. En caso de que sus argumentos estén basados en algún otro autor, tiene que cumplir con el principio de la honestidad recurriendo a la cita de las ideas tomadas de otro. También este principio tiene que ver con la sustentación y argumentación de sus hipótesis e ideas.                                                                                                                    
                                                                                                                                                *Bienestar de la comunidad y su entorno.[1]
Este principio involucra el no perder de vista que el propósito del documento producto de la investigación, debe tener implícitamente la no provocación de un daño social, sino que en todo caso tendría que estar orientado al beneficio de la comunidad, sin el perjuicio de otros seres humanos ni daños relacionados con cuestiones de tipo medioambiental.

En la práctica, a veces éste principio de la ética puede perderse de vista. Sin embargo, en la descripción que aquí se da se le considera como un principio ético.

Todas estas características, valores y principios que arriba se describen, se refieren más que nada a la conducta adoptada por aquélla persona que desempeña una tarea seria, por lo cual debe asumir una responsabilidad en su papel de investigador social. Se tiene el compromiso de lograr cierta objetividad para llegar a una gama de descubrimientos que nos aproximen a la “verdad”, y en ese sentido, aportar conocimiento.



[1] La consideración de este principio se tomó de: Mario Tamayo y Tamayo, El proceso de la investigación científica, México, D.F., Limusa, 2004, cuarta edición, p.204.

domingo, 6 de marzo de 2011

LLUVIA
Está lloviendo. Escucho detenidamente el sonar del viento que lo acompaña; oigo cómo golpean millones de gotas al pavimento rígido, como si nada pudiera hacerle el menor daño ni provocarle la menor sensibilización. La lluvia lo refresca, lo moja y lo recorre, le hace saber que también necesita de ella.
Su caída es rápida y vigorosa. Aquéllas nubes grisáceas de donde proviene se han dejado caer y, en su intento por desaparecer y sentirse más ligeras, se precipitan y se van desvaneciendo una tras la otra. Son muchas en una sola; las observo, están llenas de energía, parece que se enfurecen y lo hacen manifestar. Establecen contacto con la tierra y con el lugar donde se extinguirán, hacen sentir su presencia con luminosos lienzos que, junto con la lluvia son intermediarios entre cielo y la tierra.
La vegetación, la fauna y el ser humano agradecen su presencia moderada, los cinco sentidos del último la aprecian, además de que muchos una utilidad y beneficio le encuentran. El agua de lluvia también es vida, muchos ecosistemas tienen en ella una fuente vital para su desarrollo y sobrevivencia.
Madre Tierra que generas lluvia, eres nuestra casa y hogar, sitio de donde venimos, donde nos encontramos y que, como la lluvia, también es el lugar en donde nos extinguiremos.

viernes, 4 de marzo de 2011

Feelings
Hoy no hay demasiados estímulos para escribir, y no es porque no haya nada que decir, sino porque aquél estado de ánimo propio no está en sus niveles más altos, lo cual explica la carencia de intenciones.
La mente está ausente; la cabeza ligeramente inclinada y, junto con ella, los ojos parecen hacer lo suyo con su mirada enfocada y no observan nada, ni siquiera miran. Un profundo suspiro los acompaña, son manifestaciones de acciones a través de un cuerpo que, por la inercia, se deja llevar. Parece que algo está presente: la tristeza. En efecto, hoy no hay alegría.
Me escondo, me escapo y enseguida me  transporto hacia las lejanías de esta ciudad, establezco contacto directo con la tierra, el suelo, el agua, el pasto, los árboles y clamo por su ayuda; siento la brisa del mar, escucho el crujido de las olas, y siento el rose del viento en aquéllas mejillas que me harían sonreír.
Pero, ¿qué se le va a hacer? De vuelta al mundo real, hay cosas de las que no puedo escapar.